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La oscuridad en las profundidades del río

7 min de lectura / Trail Running

Un intento de establecer el menor tiempo conocido para los 296 kilómetros del sendero hacia la fuente del río Támesis.

“Y este ha sido también”, dice Marlow repentinamente, “uno de los lugares más tenebrosos sobre la Tierra.”

Así comienza El corazón de las tinieblas, la clásica novela de Joseph Conrad. El corazón de las tinieblas es una inquietante crítica literaria al colonialismo. Publicado por primera vez en 1899, está inspirado en las experiencias juveniles del autor como “capitán por accidente” de un vapor colonial belga que surcaba el río Congo. Es una historia dentro de otra historia, una narración contada a un pequeño y atento grupo de amigos en una noche tranquila mientras esperan la marea en el extremo este del río Támesis. No es coincidencia que estas aguas sean donde nacieron las ideas de imperio y colonia y donde los comerciantes y los esclavos comenzaron su viaje para gobernar los mares y extraer todo lo que pudieron de la gente y la tierra alrededor del mundo. En el libro de Conrad, el Congo es un medio para profundizar metafóricamente en el El corazón de las tinieblas. El Támesis, mientras tanto, desde donde se entrega la historia, es la imagen donde se refleja. Pero ninguna luz resplandece para guiar el reflexivo rumbo de esta vía acuática británica. Río arriba por el Támesis, el terror es incluso más oscuro.

Durante los primeros 129 kilómetros me acompañaron pacers de la comunidad Black Trail Runners. Todo iba de maravillas en ese momento. Era una sección pavimentada, iba al ritmo esperado, todo fluía perfectamente. Luego, a medida que caía la noche, algunos pacers fueron abandonando. Entonces llegó la oscuridad, bajó la temperatura y las condiciones del terreno cambiaron rápidamente para convertirse en esta ciénaga lodosa. La neblina venía desde el Támesis y la visibilidad era baja. Era solo yo y mi linterna frontal. Llevaba ya 13 o 14 horas. Creo que la realidad me golpeó en ese instante.

Izquierda: Caminar por el lodo es mejor con amigos. Foto: Phil Young Derecha: Alargando la luz. Foto: Holly-Marie Cato

Siempre estaba presente la potencia metafórica de esta idea: un hombre cuya herencia es en parte del continente que fue desmenuzado entre los poderes coloniales y cuya gente fue esclavizadas y desterrada de sus civilizaciones establecidas, marcando el menor tiempo conocido hacia la fuente de la más icónica vía fluvial británica. Martin “MJ” Johnson es un hijo de las Islas Británicas y un nativo ribereño. Creció en Downham, un distrito al sudeste de Londres, unos pocos kilómetros al sur de las costas orientales del Támesis donde Conrad desarrolla su historia. Downham es un pueblo tradicional dentro de una gran ciudad, como incontables más que se desarrollaron rápidamente en Inglaterra luego de la Segunda Guerra Mundial. Áreas como esta tenían la finalidad de disminuir la crisis habitacional, en parte como una visión de viviendas y jardines decentes para todos, un ideal noble e idílico para las clases trabajadoras. Funcionó, hasta cierto punto. Pero este ideal se volvió amargo para muchos. Una generación creció y siguió adelante, para que llegaran nuevas familias. Para la década de los 80, cuando MJ era un niño pequeño, el sueño de una utopía citadina comenzó a desvanecerse y fue reemplazada por el descontento de una sociedad envuelta en un sistema de clases y una endémica forma de racismo, cuyas raíces se encontraban directamente en el impulso colonial que Conrad criticaba.

Yo conocía bien eI Londres de la zona sudoriental. Comprendo su realidad. Pero también tengo esta imagen de una postal de la ciudad. La gente habla de Londres como un crisol de culturas. Existe una imagen de Londres que la gente quiere que veas. Asocio aquello con el río y sus diversas locaciones ribereñas, como el Puente de la Torre de Londres, la Barrera del Támesis y todas las imágenes de postal tan icónicas del Támesis. Creces identificándote con esa versión de Londres, la que todos quieren que veas. Pero en los últimos dos años, me he cuestionado esa imagen, he enfrentado algunas de esas interrogantes. Me he dado cuenta de que hay experiencias que he tenido en mi vida como un hombre de herencia mixta que quizás he ignorado, para lograr encajar en esa imagen idealizada de la ciudad.

 

Cuando corres ultras, profundizas. Existe un ritmo constante que debes encontrar, abrazar y con el que debes danzar. Cada corredor desarrolla un romance privado e íntimo con el dolor y el drama, las conversaciones internas y el diálogo externo con lo que significa correr. ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Qué es? Correr distancias absurdas, solo, profundiza y amplifica el poder de esas conversaciones. Pero esta corrida tiene otra capa, invisible para la mayoría. Pero para Martin, está escrita en su piel. Esta corrida significa más que un menor tiempo conocido. Su resonancia va más allá de los números y las estadísticas de desempeño. ¿Esta corrida en sí misma acaso revela algún tipo de verdad sobre Martin, sobre Londres, sobre la relación entre ambos?

En ese hechizo en las tinieblas, solo, comencé a tener problemas con una rodilla y un gemelo, pero seguí corriendo. La siguiente marca eran los 161 kilómetros, en Henley. Mi equipo estaba allí y me animó. Pero en ese momento supe que los últimos 80 kilómetros, a través de la noche, serían los más difíciles. No esperaba las condiciones con las que me encontré. En el documental se puede ver mi declive físico. No había experimentado eso antes. Había corrido carreras de 100 millas (161 km) anteriormente, pero como las había terminado en alrededor de 15 horas nunca había tenido que correr toda una noche y seguir. Eso fue parte de la nueva experiencia…

Martin Johnson en algún lugar entre lo conocido y lo desconocido. Foto: Matt Kay

A medida que te desplazas desde el lado oriental del Támesis, pasas por los fantasmas de imperios y puertos nombrados en honor a los grandes almacenes de riqueza de la corona, nombres como el puerto East India, la Oficina de Aduana y Limehose. Es una letanía de explotación codificada profundamente en el lenguaje vernáculo de Londres. Estos puertos y muelles, bodegas ahora convertidas en apartamentos para los súper ricos, es donde las materias primas de continentes completos fueron procesadas. Es donde el saqueo imperial se factorizó, gravó, calculó y distribuyó. Es donde las especias y minerales, los metales y textiles, así como la humanidad visceral se transformaron en lucro, lo que a cambio otorgó poder e influencia. Entre los cascos descartados de la industria pesada que se ubican en la orilla del río, hay fantasmas y demonios merodeando. Los lugares sagrados tradicionales se ubican en confluencias, donde el Támesis envía sus afluentes al norte y al sur (y donde se formó la primera capa cultural de Londres, a la que se refiere Conrad en su declaración inicial), son estaciones de pesaje derruidas y andrajosas condenadas a la desolación postindustrial y reservas naturales administradas por una generación que ha vislumbrado el final.

En el ultrarunning tienes que navegar a través de las dificultades. Esperaba que el amanecer me diera energías. Pero cuando salió el sol y no dejaba de luchar contra mis dolores, comencé a buscar otras cosas: un gel nuevo o un marcador. Estás constantemente tratando de aferrarte a algo, pero existe una necesidad de paciencia. La gente habla de “la cueva del dolor” y de ir a lugares oscuros. Mi mentalidad es diferente. Debes mantenerte con una cierta cuota de comodidad durante todo el trayecto. Me encanta esa paciencia de solo permitirle a la carrera y al tiempo desplegarse y disfrutar la jornada. Esta fue la primera vez que esa idea no me funcionó y supongo que entré en esa cueva del dolor por primera vez. Esta es la primera vez que experimento esa sensación de, ¿cómo sigo?, ¿cómo voy a terminar esto?

El trayecto atraviesa todo tipo de paisajes. Foto: Phil Young

¿Es posible definir lo que es Inglaterra según la riqueza e influencia que se traficó a través de este río? ¿La gente que vive en estas islas se ha reconciliado con su historia? Y ¿Existe suficiente gente de estas islas que sepa sobre la oscuridad que se levantó en las páginas de la historia? Creas lo que creas y sean cuales sean las palabras sobre el colonialismo y el imperialismo, y cómo resuenan, son acciones como la corrida de MJ, acciones más que palabras, las que despliegan una luz verdadera. Somos una síntesis de todo lo que pasó antes, flores del universo que lo expresan todo. No deberíamos sentirnos avergonzados. Deberíamos encontrar el valor de enfrentar nuestras historias oscuras y los roles que en ellas interpretamos.

Tengo emociones encontradas sobre mi trayecto. Esperaba un tiempo mucho mejor, no me avergüenzo, pero no es el tiempo que quería lograr. Sin embargo, cuando escucho historias sobre personas en la comunidad de corredores que se han sentido inspirados, me reconforta. La gente ha salido a correr y me ha contactado para decirme cuán inspirados se han sentido por la corrida, ha sido su inspiración. Aquello me permite abrazarla y aceptarla. Estábamos tratando de inspirar a otros. Hubo un desafío físico, pero también queríamos contar una historia. Personalmente, descendí a las tinieblas por primera vez. No estoy seguro cuánto de eso fue solo físico y cuánto fue sobre la historia. Finalmente, es todo parte de lo mismo, ¿o no?

Perfil de autor

Martin Johnson

Martin es embajador de Patagonia y padre de dos hijos. Ingresó al mundo del trail y ultrarunning y corrió su primer ultra en 2018. En 2020, lo invitaron a participar del Centurion Running Ultra Team. Ese mismo año, se unió al recién formado grupo Black Trail Runners (BTR), una comunidad y grupo activista que busca aumentar la inclusión, participación y representación de afrodescendientes en el trail running.

Perfil de autor

Michael Fordham

Michael es escritor y director creativo radicado en Londres y el suroeste de Inglaterra. La intersección entre la ciudad y el campo es donde prefiere trabajar y entretenerse. Es el editor fundador de dos revistas, Adrenalin y HUCK. Ha escrito libros como September, The Book of Surfing: The Killer Guide y Uncommon London.