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Hacia el final de la contaminación por microfibras

Vincent Stanley / 4 min de lectura / Our Footprint

Desde 2015, cuando dimensionamos nuestro rol en la propagación de la contaminación por microfibras, en Patagonia hemos buscado de forma activa socios que nos puedan ayudar a terminar —o al menos reducir de forma significativa— la liberación de este tipo de fibras sintéticas al aire y al agua.

Por mucho tiempo hemos sido conscientes del problema de los microplásticos, el resultado de la descomposición de redes de pesca, envases de yogurt y botellas plásticas que alcanzan arroyos y van a parar al océano en enormes remolinos de basura y suciedad, que crecen de forma constante y pasan a formar parte de la dieta de aves marinas y fauna silvestre. La contaminación por microplásticos ya no se limita solo a los océanos. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza, cada semana los seres humanos ingerimos, a través del aire y el agua, la cantidad de desechos de plástico equivalente al tamaño de una tarjeta de crédito. Sabemos que los plásticos terminan en el estómago de las aves costeras, pero también en la sangre humana y la leche materna.

Vista microscópica de los microplásticos. Fotos: Escuela Bren de Gestión y Ciencia Ambiental, Universidad de California en Santa Bárbara.

Con 5 milímetros o menos de longitud, las partículas de microfibras provenientes de prendas de vestir sintéticas (hechas con poliéster, nylon, spandex o acrílico) son invisibles o difícilmente visibles en hebras individuales. No obstante, de 200 a 500 mil toneladas de fibras se desprenden de la ropa y encuentran su camino hacia el lecho marino cada año, contribuyendo a entre el 16 y 35% de la contaminación de los océanos por microplásticos anualmente. Por el momento, acabar con un problema tan grande que, a su vez, se descompone en partículas tan mínimas no es posible, lo que hace que la responsabilidad recaiga, como es lógico, en las marcas de ropa, que deben evitar la propagación de microfibras desde su origen.

Durante los últimos ocho años hemos trabajado desde distintos frentes para reducir la liberación de microfibras en nuestras prendas de poliéster y nylon, ya sea mejorando el diseño y la ingeniería de nuestros productos y la construcción de nuestros tejidos para reducir su desprendimiento, defendiendo la idea de un armario con menos prendas pero de mejor calidad y alentando a los clientes a lavar su ropa con menos frecuencia usando ciclos delicados con agua fría en la lavadora. Según el Laboratorio de Plásticos de la ONG Ocean Wise, tan solo programar un ciclo de lavado con agua fría puede reducir el desprendimiento de microfibras en un 70% (los consumidores deterioramos más nuestras prendas durante el lavado y el secado que a través del uso). Además presentamos una bolsa de lavado de la marca GUPPYFRIEND®, diseñada para lavar ropa sintética y evitar que algunas de las fibras desprendidas lleguen a las aguas residuales. Y también trabajamos junto a Ocean Wise y la ciudad de Vancouver en el potencial de los sistemas de filtración municipales para capturar más de las microfibras liberadas cada día en las lavadoras.

Ocean Wise ha sido nuestro principal socio y consejero durante los últimos ocho años, pero también hemos contado con la ayuda fundamental de dos universidades. La Escuela Bren de Gestión y Ciencia Ambiental, de la Universidad de California en Santa Bárbara, nos proporcionó información fundamental en relación con la cantidad de fibras que libera la ropa en distintos tipos de lavadoras. Por otra parte, la Universidad Estatal de Carolina del Norte nos apoyó en el desarrollo de protocolos de pruebas estandarizadas para evaluar el alcance de la liberación de fibras.

Durante los últimos tres años también hemos trabajado de forma cercana y productiva con Samsung Electronics para ayudarlos a realizar mejoras sustanciales en sus lavadoras domésticas. Nuestra colaboración comenzó casi por accidente: a petición de Sean Kim, nuestro responsable de medioambiente en Corea, y Soo Jin Kim, director de sostenibilidad en Samsung, conversé de manera virtual con un grupo de ejecutivos de dicha empresa en relación con los impactos ambientales que consideramos más desafiantes. Mientras me lamentaba de nuestra incapacidad para conseguir que un fabricante de electrodomésticos se interesara en el problema de las microfibras, de pronto recordé con quién estaba hablando y sin pensar dije (tal vez un poco inadecuadamente): “¡Oigan, ustedes hacen lavadoras!”.

Su primera respuesta fue un conjunto de miradas inexpresivas, pero creo que sus ingenieros ya estaban un paso por delante de nosotros, puesto que en las semanas subsiguientes nos bombardearon con preguntas. Los pusimos en contacto con los miembros de Ocean Wise y al poco tiempo los equipos de las tres organizaciones se encontraban testeando prototipos. Ya Samsung había desarrollado una tecnología llamada “Ecobubble”, que ayuda a que el detergente se disuelva más fácilmente en el agua, creando una mejor espuma. Esto significa que no es necesario calentar el agua y que la fricción mecánica puede mantenerse al mínimo sin mermar el alto desempeño del lavado. La marca adaptó una tecnología similar para reducir la liberación de microfibras. Su compromiso y rapidez nos impresionaron. En enero de 2023, en la CES (la Feria de Electrónica de Consumo, por su sigla en inglés), presentaron una nueva lavadora con la opción de un “Ciclo de menos microfibras”, el que reduce las emisiones en un 54%.

Recientemente Samsung introdujo al mercado un “Filtro de menos microfibras” que se puede instalar fácilmente en cualquier lavadora de carga frontal* y Ocean Wise verificó que dicho producto reduce la liberación de microfibras en un 98%. El filtro llegó al mercado coreano en mayo de 2023, estará en Europa este mes y luego en Norteamérica durante septiembre.

El nuevo filtro de Samsung se puede instalar en la mayoría de las lavadoras de la marca para reducir la liberación de microplásticos en un 98%. Foto: Samsung.

No hay palabras suficientes para agradecer a la gente de Samsung por la calidad de sus esfuerzos, tanto en ingeniería como en sostenibilidad, los que contaron con el apoyo de toda la empresa, desde el presidente a los ingenieros más preparados y hasta los trabajadores más jóvenes y talentosos. Todos colaboraron para que este avance fuese posible. Una colaboración entre un gigante mundial de la electrónica y una empresa que declara a la Tierra como su única accionista puede considerarse una combinación improbable, pero el futuro necesita muchas más de este tipo.

Otras marcas están tratando de seguir el ejemplo de Samsung con planes para fabricar lavadoras que reduzcan la liberación de microfibras. El paso siguiente es reducir las emisiones de microfibras al aire desde las secadoras de ropa.

La revolucionaria tecnología para electrodomésticos de Samsung y otras marcas constituye un avance significativo, pero en ningún caso es la única forma de reducir la contaminación por microfibras. Comprar menos ropa y de mejor calidad es la manera más “eficiente” de reducir tu impacto en relación a ellas. La búsqueda de mejor ingeniería y fabricación sigue adelante, así como también la investigación asociada a dónde, cuándo y cómo se liberan microfibras al agua y la atmósfera, el único lugar en el que podemos vivir.

*Recomendado para uso en lavadoras Samsung (a excepción de los modelos de 25”). Si el filtro se utiliza en lavadoras que no sean Samsung, la garantía de la marca solo cubrirá el filtro.

Perfil del Autor

Vincent Stanley

Vincent Stanley fue uno de los empleados originales de Patagonia, cofundó Our Footprint y actualmente se desempeña como filósofo interno de la compañía. También es coautor, junto a Yvon Chouinard, de The Responsible Company y miembro residente del Centro de Yale para Empresas y Medio Ambiente.